EL BULLYING UNIVERSITARIO
Este testigo muestra algunos de los elementos que definen lo que se conoce como bullying. Es un tema de reciente actualidad que no carece de seguidores ni detractores. ¿Se trata de un fenómeno nuevo? ¿O es algo que ha existido siempre? Y si aceptamos que ha existido siempre, ¿qué es lo que ha producido que ahora empiece a estudiarse en profundidad? ¿Hay una mayor sensibilización hacia la agresividad ahora que antes? La polémica está servida y hace falta dar soluciones a muchas incógnitas que, en general, no dejan a nadie indiferente.
Orígenes de la palabra
La palabra que conocemos como bullying proviene del inglés (de bull, toro) y agrupa un conjunto muy diverso de conductas: incluye desde la violencia física hacia un compañero hasta la agresividad verbal, ya sea de forma directa (por ejemplo, insultar) o indirecta (más sutil, como difundir rumores falsos). Su carácter general hace necesario establecer minuciosamente los factores específicos que determinan que ante una situación determinada podamos hablar o no de bullying.
¿Bullying o broma pesada?
Hace falta diferenciar el bullying de otras actitudes de discrepancia entre compañeros que pueden darse en las aulas, y que tienen unos matices diferenciales claros. En general se acepta que una pelea o una broma pesada aislada no puede considerarse bullying.
Algunas de las características específicas del fenómeno del bullying que se han determinado son:
Ø Las conductas de acoso se producen repetidamente en el tiempo, y siempre dirigidas a la/s misma/s persona/s.
Ø Las personas que ejercen esta violencia física y/o verbal lo hacen con la intención clara de molestar y humillar, y generalmente sin que haya el menor asomo de provocación previa por parte de la víctima.
Ø Acostumbra a ser frecuente que las personas que lo muestran se crean (que no quiere decir que lo sean) más fuertes, más listas o en definitiva, mejores que su compañero.
Los bullies o acosadores
El bully -por utilizar la palabra anglosajona- se fija básicamente en alguien que sea más débil a nivel físico, intelectual y/o social, y del abuso que ejerce extrae una sensación de superioridad, que le refuerza. Lo que acaba pasando es que el intimidador obtiene gratificaciones inmediatas a su conducta (cómo puede ser el hecho de sentirse protagonista) que le empujan a repetirla, creando una relación clara de dominio-sumisión.
De hecho, un factor crucial de la conducta de bullying es la asimetría radical entre el acosado y el acosador. Si el acosador típico es fuerte, corpulento y avispado, la víctima típica es débil y tímida, y es fácil que acabe creyendo que no le queda otra opción que esperar que pase todo rápido, sin ninguna opción de escapar o replicar.
La víctima o blanco del acoso
La persona que sufre bullying es evidente que no lo pasa nada bien. Acostumbra a no decir nada porque se siente avergonzada y culpable. Piensa que le han cogido manía e incluso puede acabar creyendo aquello que le dicen los que abusan de él. Se siente humillada, indefensa y aislada, y en consecuencia, su autoestima queda negativamente afectada.
Es habitual que los padres no sepan nada, puesto que el miedo a preocuparlos o a parecer débil o un acusica hace que crea que explicarlo no hará más que empeorar las cosas; y por lo tanto, acaba por no ver salida a la pesadilla que está viviendo.
Nadie está fuera de peligro de convertirse en víctima de abuso escolar, pero pueden haber rasgos que hagan especialmente vulnerables a algunos, ya sea por carácter (como ser introvertido), por tener alguna característica física diferente (como llevar gafas o ser bajito) o por una característica académica (como ser un estudiante aplicado).
Síntomas que hacen sospechar
El bullying acostumbra a darse más frecuentemente entre los 11 y los 14 años, y especialmente entre chicos más que en chicas. Hay que destacar que se trata de una etapa clave donde las relaciones entre iguales tienen un papel básico como agentes de socialización y de aprendizaje.
Hay algunos síntomas que nos pueden hacer pensar que una persona está sufriendo una situación de bullying:
Ø Disminución del rendimiento académico. Esto es consecuencia de la ansiedad provocada por la situación que está viviendo, que indirectamente provoca la pérdida de la capacidad de concentración y de atención.
Ø No quiere ir a clase, poniendo cualquier excusa o incluso pidiendo un cambio de escuela.
Ø Se cierra en si mismo y no explica las cosas. Está triste. Fácilmente puede caer en un cuadro depresivo, tener pesadillas y cambios repentinos de humor
Ø Deterioro de los libros, de la ropa, presencia de señales y golpes, etc., consecuencia de las peleas y las bromas pesadas.
Ø Cambios ilógicos en el recorrido para ir a la escuela
Los compañeros
Es frecuente que las conductas de bullying sean presenciadas por el resto de compañeros, que en la mayoría de los casos son simples observadores, y en otras, incluso participan en las agresiones. Es destacable también que en algunos casos se produce lo que se denomina agresores-víctimas, es decir, personas que son víctimas de abuso por unos compañeros y a la vez abusadores de otras.

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